Iniciamos las acciones formativas en el centro convivencial de Gurena en Indautxu. Iniciamos la reflexión sobre como garantizar la calidad de vida y la individualidad de cada persona residente a través de nuestra atención diaria.
Siendo un equipo que comparte un modelo de cuidado común, se hace imprescindible mantenernos en constante aprendizaje y crecimiento personal. Por ello, a partir de mañana, dedicaremos un espacio a conocernos mejor; reconocer las fortalezas y debilidades del equipo; destacar el valor diferencial que cada persona aporta al mismo y el impacto que genera en el grupo.
A partir de ese conocimiento personal, valoraremos la manera de conocer y poner en valor a la persona residente, buscando su esencia y persiguiendo su crecimiento personal en una institución residencial. Una institución que ofrece un entorno de posibilidades para empoderar a cada usuario a través de su participación en las tareas del día a día.
Abordaremos el mejor manejo posible de las alteraciones propias de las personas con diversos niveles de dependencia, evitando los modelos de atención basados en perfiles grupales, individualizando y, como no, brindando una atención global que incluye la esfera afectiva de cada persona atendida.