Esta semana se han llevado a cabo dos cursos sobre “Afectividad y sexualidad en salud mental” para el equipo profesional de AVIFES, asociación que trata de dignificar la enfermedad mental desde 1986.
Como parte del proceso de mejora continua imprescindible en las profesiones humanas, hemos dedicado un espacio a actualizarnos en cuanto a la atención integral que incluye la dimensión de la sexualidad.
Estas acciones formativas se basan en un modelo de sexualidad inclusivo en el que se pueda integrar la gran diversidad sexual y funcional y, por tanto, las personas con una enfermedad mental.
Entre otros conceptos generales, se han explicado aquellas interferencias de los déficit cognitivo – conductuales en la sexualidad y una metodología de intervención especifica a través de la que apoyar en un mejor conocimiento personal hacia la búsqueda de satisfacción individualizada y libre de riesgos.
Respecto a las interferencias cognitivas en la vivencia de la sexualidad de este colectivo concreto ,por lo general, destacaron los déficits en atención (dificultad de selección de estímulos relevantes, falta de enganche o mantenimiento , fatigabilidad o escasa simultaneidad ), funcionamiento ejecutivo ( dificultades para utilizar el feedback ambiental y tendencia a la perseveración sin flexibilización) y cognición social ( limitaciones al captar el tipo de contexto social, falta de reconocimiento emocional, malentender el lenguaje encubierto o confundir la realidad por las atribuciones causales incorrectas ).
A modo de ejemplo, ante esta situación, se recomienda trabajo cognitivo que incluya la potenciación del procesamiento emocional (o entender el lenguaje emocional a partir del conocimiento de las emociones) así como, ejercicios que fomenten un estilo atribucional más saludable (o establecer las causas de los hechos con un mejor reflejo de la realidad).
Respecto a las interferencias de las alteraciones conductuales unidas al uso de psicofármacos, éstas suelen provocar dificultades en la fase del deseo. Unido a la tendencia al retraimiento y la baja autoestima, hacen que las personas con esta condición de salud se beneficien aun más de una sexualidad positiva y no exclusivamente coital.
La necesidad de compartir pautas conjuntas o, manera de proceder definidas, así como los retos concretos que perseguimos con cada persona se han destacado durante estos espacios de formación.
Según la OMS, “la sexualidad es una fuente de placer, salud, bienestar, comunicación y comprensión que genera en las personas actitudes positivas ante sí mismo y ante los demás”. Es por ello por lo que consideramos importante ser un entorno que garantiza los derechos sexuales permitiendo la salud sexual ya que esta se define precisamente como el resultado de un ambiente que reconoce, respeta y ejerce los derechos sexuales.
La dificultad para identificar situaciones de abuso y la normalización de conductas que no conllevan a la satisfacción personal, pero son admitidas, provoca la necesidad de trabajar en este sentido de manera prioritaria. Así lo hicieron los grupos de mujeres usuarias de AVIFES hace unos meses a través de; ejercicios de la Guía Clínica “Aprendiendo a disfrutar”, de apoyo psicoterapéutico y a través de la estimulación de la cognición social y la identificación de emociones.
Durante estos grupos de mujeres, obligadas a luchar en su día a día para comprender y paliar los síntomas de la enfermedad mental, se enfatizó también una sexualidad amplia no exclusivamente coital, siendo habitual no reconocer las manifestaciones eróticas no coitales como valiosas o causantes de satisfacción individual o social. Como no podía ser de otra forma, terminamos reforzando la necesidad de dedicar un tiempo al autocuidado, a la comunicación de deseos y gustos y a la búsqueda de alternativas placenteras.
Agradecer a AVIFES su confianza en mi experiencia y a las personas pertenecientes a su equipo por su motivación, interés y disposición humana demostrada estas horas.