Lo primero, ningún ser humano, con un grado de desarrollo cerebral u otro, puede ser culpable de tratar de cubrir sus necesidades fisiológicas, su pulsión hacia la búsqueda del placer, siempre y cuando respete los límites de otras personas y no se exponga a un riesgo para su persona. La búsqueda de placer es positiva, síntoma de salud y ninguna conducta sexual, que no hiera a la persona o a otros, es negativa sino que conviene darle un contexto apropiado. Ante conductas repetitivas deberemos valorar que no se trate de buscar sin cesar una satisfacción que no se encuentra con la repetición de dicha conducta, por el hecho de ser la única conducta sexual que conoce o que puede llevar a cabo.
Lo ideal sería estudiar cada caso en concreto y tratar de explorar afinidades para poder ampliar el disfrute con manifestaciones diferentes y siempre llevarlas a un contexto apropiado. Es decir, enseñar comportamientos alternativos a la conducta de estimulación genital que amplíen y satisfagan a la persona. Proponer opciones de disfrute de todo su cuerpo y no solo de sus genitales. Una vez más en un contexto apropiado y asegurando la satisfacción como merece.
Distinguir y limitar los espacios en los que puede o no masturbarse, asociar esa conducta determinada a un lugar de tu casa, agradable para él y también para el resto de la familia. Incluso transcurrido un tiempo de crear esa asociación con el lugar poder asociarlo a un momento del día, también facilitador para él y para el resto del entorno.
En ocasiones puede ayudar preguntarnos qué actividades realiza los momentos en los que no aparece la conducta que se pretende reducir, la masturbación, y tratar de identificar los estímulos que provocan tal conducta para poder controlarlos. Es decir asegurarnos de una distracción individualizada para poder alargar los momentos sin masturbación y reforzar mucho aquellos momentos en los que no aparece. A su vez cuidar nuestra comunicación verbal y no verbal siempre sin castigar el antes y el después de la conducta en el contexto apropiado ya que sabemos que la sexualidad es un ámbito importante en cada ser humano, con o sin diversidad funcional.