Tras dedicarle un tiempo a organizar el grupo valorando beneficios y perjuicios y posibilidades dentro de la práctica clínica pasamos a reunirnos.
En la primera sesión trataremos de no alejarnos de los siguientes objetivos generales; abordar la sexualidad como parte inherente al ser humano, respetar las características personales, creencias y decisiones de cada persona y asumir la individualidad así como el derecho a la intimidad de cada participante fomentando el respeto en el grupo. ¡Casi nada! En este momento es prioritario contextualizar, crear un clima de respeto e ir dando pinceladas de un modelo abierto que incluya la gran diversidad del ser humano.
Para ello y, como modo de empezar a instigar a las personas presentes, podemos utilizar este texto de la Guía Clínica “Aprendiendo a disfrutar” (dinámica 1):
“En este taller vamos a abordar aspectos de la sexualidad, al ser un tema diferente que no hemos tratado en grupo, sino de forma individual, empezamos asegurando un respeto hacia nuestra propia persona y hacia las demás personas que forman este grupo.
Deberemos dar por supuesto que todos, somos seres sexuados, de una forma u otra, en una medida u otra, con unas posibilidades de expresión y disfrute u otras.
Trataremos de poner interés en los diferentes conceptos sabiendo que habrá algunos que nos parezcan sencillos o incluso infantiles y tal vez otros novedosos y enriquecedores. La razón de incluir todos los niveles en este nuevo grupo es que somos, como todos los grupos, personas diferentes con diferentes vivencias y experiencias en la vida y en diversos momentos vitales. Todos importantes en su individualidad.
El respeto se trasmite ya sea, con un silencio, o con aportaciones, pero siempre permitiendo a los demás hacer lo mismo.
Nos merecemos mantener nuestra intimidad e incluso confidencialidad en ciertos aspectos. Por lo que seremos cautos a la hora de transmitir la información que salga de esta nueva aventura, en definitiva, hablar entre las personas presentes, ya sea durante el grupo o fuera del mismo.
Siempre que considere oportuno hacer hincapié en cualquier aspecto individual podré y deberé hacerlo con la psicóloga o con la persona de referencia.”
Tras esta introducción y dependiendo del perfil de las personas integrantes, podría ocurrir que esta primera sesión se alargara dando pie a definir más conceptos acerca de la afectividad y sexualidad humana o bien, que se volvieran a introducir otras dinámicas del taller utilizando este mismo texto con el fin de reforzar el respeto mutuo.
Ya no hay excusa para ponernos a ello, ¡animaos!, es una experiencia necesaria y gratificante y los cambios van surgiendo a través de las diferentes dinámicas.
Buen inicio de retos, buen septiembre.