Diría que el más habitual es relacionar lesión neurólogica con ausencia de necesidades sexuales.No resulta extraño encontrar la falsa creencia de que la diversidad funcional conlleva una inevitable falta de interés en la sexualidad o considerar cualquier manifestación hacia la erótica o el disfrute como fruto de la propia discapacidad.
Y a partir de ahí, podría especificar que, según la severidad y la localización de la lesión, encontraremos pérdidas y o cambios en este sentido. No obstante, muchas de ellas son manejables para una mejor calidad de vida sin renuncia en la esfera afectiva-sexual.
Y, tal vez, otra idea errónea podría ser la relación entre educación sexual e instigación a mantener relaciones coitales, cuando el gran objetivo de la educación en este sentido es, precisamente, el mejorar el conocimiento y la aceptación personal para llegar a la satisfacción afectivo sexual. Este objetivo general, lo perseguimos pasando por enseñar a relacionarnos ajustando las muestras de afecto según el grado de intimidad, fomentando la libertad individual, y no la necesidad de cubrir las expectativas ajenas o la deseabilidad social.
La negación de este ámbito de la vida humana ha llevado a que sea un ámbito no siempre atendido o cuidado más allá de lo puramente anatómico o fisiológico, desde las propias parejas, familias o incluso en entornos más amplios como centros escolares o entidades sanitarias y/o sociales. Además, existen mitos y creencias acerca de la propia sexualidad que provocan que se mantenga una sociedad que impone que la sexualidad debe ser ignorada exceptuando en aquellas personas jóvenes y sanas. Teniendo en cuenta que la población está formada por un sector más amplio es necesario desvincularla del modelo juvenil y saludable e incorporarlo en las personas a lo largo de todo su ciclo vital, es decir, desde las manifestaciones infantiles de descubrimiento del propio cuerpo y el de los demás, el de los jóvenes con o sin finalidad reproductiva incluyendo el deseo femenino y masculino, así como en la avanzada edad y, como no, en personas con algún tipo de discapacidad en un grado u otro.