Cognición social y sexualidad, segunda parte.
Dinámicas para trabajar la cognición social. ¿Y yo? ¿cómo ligo?
La interacción social se ve comprometida por estas capacidades por lo que incluimos la intervención en cognición social como un objetivo prioritario para mantener o mejorar el grado de integración social de las personas con diversidad funcional. Nos proponemos como objetivo conservar el círculo de relaciones ya existentes (evitando que ocurra un progresivo avance hacia el aislamiento social), facilitar la adaptación y formación de vínculos afectivos y reducir o evitar las situaciones interpersonales conflictivas (o interpretadas sin tener en cuenta la influencia del déficit cognitivo).
El taller de sexualidad es un buen contexto en el que integrar el trabajo en cognición social. Además, con la incorporación a nuestras vidas de las redes sociales cada vez son más las normas sociales implícitas que nos rodean y que obligan a incluir el manejo de estas redes en los grupos de intervención.
Las fotografías o los fragmentos de vídeos son ejemplos de materiales mediante los que trabajar en grupo la descripción de situaciones y el contexto social en el que ocurren. Las actividades propuestas deben encontrarse contextualizadas en situaciones plausibles de la vida diaria. Aprovechamos este tipo de materiales para:
- Generar explicaciones de la relación causa-efecto de las conductas disruptivas que se identifican en algunas escenas mostradas.
- Insistir en la identificación de las mismas cuando no sean evidentes de manera explícita.
- Comentar cómo las personas de la escena acompañan las expresiones emocionales con su lenguaje verbal y corporal.
- Identificar significados implícitos o encubiertos en el lenguaje cotidiano (las bromas o las segundas intenciones).
- Detectar dilemas ante los que realizar la toma de decisiones en base a la información disponible.
- Llevar a cabo un ensayo grupal de ciertas expresiones emocionales.
Otra actividad grupal, sobre adecuación de las respuestas, consiste en la simulación de una conversación por medio de mensajería instantánea (WhatsApp u otros). Por ejemplo, planteando al grupo un tipo de relación concreta entre las partes que se escriben y dialogando sobre qué es mejor contestar, cómo, por qué, en que momento y con qué ritmo o expectativa de tiempos para cada respuesta. Aprovechamos para abordar las interpretaciones y expectativas que generan las diferentes respuestas expuestas. Un ejemplo podría ser la dinámica 19 “El cómic” perteneciente a la Guía Clínica “Aprendiendo a disfrutar”.
Otro ejemplo de dinámica en grupo que me gustaría mostrar ha tratado sobre el flirteo como un elemento que forma parte de la sexualidad de las personas. He tenido la suerte de compartir esta experiencia con las alumnas de prácticas de psicología de este periodo; Raquel Cosío y Marta Galán, siempre agradecida por su importante ayuda en la evolución del grupo. Durante una hora y en un grupo habitual semanal, hemos reflexionado acerca de los límites entre ligar y acosar, hemos ido diferenciando entre las situaciones a evitar en el flirteo y aquellas que resultan cómodas. Las ideas que han surgido son las siguientes:
- Ligar supone, en muchas ocasiones, abordar a alguien que no lo ha pedido, por lo que puede dar lugar a una situación incómoda para esta última persona. Si bien es cierto que ligar es parte de la sexualidad del ser humano, en ocasiones se puede vivir de una manera amenazante, teniendo en cuenta las experiencias de acoso y cosificación existentes en nuestra sociedad.
- Por un lado, hemos propuesto evitar la mentira, los engaños, y exagerar para tratar de impresionar y aparentar. Todo ello, consideramos que no puede conducir a una relación verdadera, en todo caso, si la persona busca un encuentro puntual (una opción más) ya que, con el tiempo la otra persona terminaría conociendo la realidad. Además, apuntamos que tal necesidad de engañar puede sugerir inseguridad o tal vez, no gustarse a sí mismo. En relación a esto, hemos mencionado el concepto psicológico de deseabilidad social como una necesidad que tenemos todas las personas de gustar y resultar atractivos para los demás. Consideramos que es preferible mostrarse tal cual uno es y ser transparente. Esto también ha de reflejarse en cuanto a expresar los sentimientos de forma más clara en las relaciones humanas por lo general.
- También, hemos debatido acerca de los piropos. Estamos de acuerdo en que halagar forma parte de ligar pero puede hacerse de forma respetuosa y apropiada o, por el contrario, una vez más, incurrir en acoso. Lo más relevante es el contexto del piropo y su contenido. Así, hemos diferenciado entre un piropo, por parte de alguien conocido con el que existe cierto grado de confianza, que se hace en un momento apropiado y que coincidimos en que resulta agradable y un piropo, por parte de alguien desconocido o prácticamente y que haga referencia al cuerpo, lo cual resulta violento y coincidimos en que puede catalogarse de acoso. Lo mismo ocurre con las miradas, que son parte del juego de ligar pero que, si son lascivas y no existe reciprocidad resultan verdaderamente incómodas y a las que debemos poner límite claro.
- Hemos tratado igualmente el tema del consentimiento como un elemento fundamental del flirteo, que ha de ser recíproco. Hemos destacado la importancia del deseo, que va más allá del mero consentimiento (permitir algo) pues supone querer algo activamente. El consentimiento puede estar viciado como, por ejemplo, cuando una persona acepta tras insistir. Una vez más hemos dado alternativas para detectar y poner límite a situaciones de desigualdad.
- Finalmente, hemos llegado a la conclusión de que lo más importante a la hora de ligar es la empatía como eje de todas nuestras acciones y palabras. Debemos tener presente los sentimientos de la otra persona, no únicamente nuestra intención de conseguir ligar con ella. Adaptarnos a las necesidades de la otra persona.
La idea con la que hemos terminado es que no podemos controlar qué sentimos, pero sí cómo lo gestionamos; de una manera respetuosa y empática.
En conclusión, merece la pena la intervención en cognición social, los integrantes se apoyan entre sí, aportan sus estrategias y experiencias y vamos aprendiendo a mejorar las interacciones sociales. Las mejoras en la cognición social, en ocasiones, marcan una gran diferencia para las personas con diversidad funcional, ya que inciden en su calidad de vida, tal y como lo comunican ellas/os mismas/os y sus familiares.
Mi agradecimiento, una vez más a Marta y a Raquel, compañeras de estos días con las que espero haber sido capaz de mostrar una buena cognición social facilitando su valiosa labor.